Como nuestra fundación está enfocando sus esfuerzos a la zona altamente turística de Isla Barú (Cartagena, Colombia) es importante beneficiarse del flujo constante de turistas que visitan la zona. Esto viene acompañado de la responsabilidad educativa de que esos turistas comprendan el valor del ecosistema que están visitando por motivos de esparcimiento.
Al tener acceso una visión directa del frágil mundo submarino, podemos ofrecer experiencias que son divertidas y educativas al mismo tiempo.
Haciendo expediciones de snorkel y buceo, el visitante puede admirar primero las áreas aún intactas, para seguidamente visitar el jardín de corales, donde estamos reforestando los arrecifes ya muertos.
Este método busca sensibilizar sobre el tema, tratando de guiar los pasos de nuestros huéspedes hacia un modo de vida sostenible.
Para poder tener un impacto masivo, luchar contra el cambio climático y mejorar la vida de las familias de bajos ingresos que se benefician de nuestro trabajo, nuestra fundación depende de la financiación internacional. Además de los proyectos sociales significativos, como incentivo para nuestros generosos donantes hemos creado la posibilidad de reducir su huella de carbono personal, plantando depósitos naturales de carbono y restaurando hábitats ya perdidos en nombre de nuestros amables colaboradores.
